Los restos de comida deben ir a la trituradora o, en su defecto, al cubo de la basura, ¡nunca ai desagüe de la fregadera ni al WC!
La contaminación de los efluentes con este tipo de desperdicios obliga a un ingente consumo de oxígeno en las estaciones depuradoras.
Hoy día es raro que los lavaplatos comerciales contengan todavía fosfatos, aunque sí contienen tensioactivos que también son perjudiciales para el medio ambiente.
Por consiguiente, gastaremos estos productos con mucha economía, o mejor aún «estirarlos» rebajándolos con vinagre a partes ¡guales. Cuando compres un frasco de lavaplatos, echa la mitad del contenido del frasco nuevo en el viejo que quedó vacío, y luego añade vinagre en ambos hasta llenarlos por completo. En cuanto a las dosis, utiliza la misma cantidad de detergente rebajado como si no lo estuviera.
Los establecimientos especializados en productos ecológicos expenden lavaplatos a base de sosa o de jabón.
También podemos fabricarnos nuestro propio lavaplatos: 100 g de jabón blando de sosa, 100 mi de agua destilada y 50 mi de jabón líquido desinfectante (de calidad farmacéutica), todo ello agitado a fondo para mezclarlo bien y añadiendo el zumo de medio limón. Este lavaplatos puede conservarse hasta 8 a 10 semanas, pero sólo sirve con aguas cuya dureza sea de 1 o 2 grados (centigramos de óxido de calcio por litro de agua) como máximo.
Para lavar los platos a máquina, los establecimientos ecológicos también ofrecen productos relativamente menos perjudiciales, aunque como es natural no limpian tan bien, por ser menos agresivos.
Los abrillantadores para la fase de aclarado son absolutamente inútiles. Basta con abrir la compuerta de la máquina después del lavado y dejar que los enseres se sequen al aire. Si de todos modos queremos realizar un aclarado, puede utilizarse vinagre o zumo de limón.
Los enseres utilizados para batir nata, mayonesa o similares deben aclararse siempre con agua muy caliente en abundancia, ya que el más mínimo residuo de producto limpiador haría fracasar el intento de obtener la emulsión, y lo mismo las jarras para cerveza, si eres aficionado a bebería con una buena franja de espuma.
En general los vasos es mejor lavarlos a mano, ya que se enturbian fácilmente en la máquina.
Es aconsejable dejar secar al aire los enseres de cocina en vez de secarlos con una bayeta. Éstas se llenan rápidamente de
La contaminación de los efluentes con este tipo de desperdicios obliga a un ingente consumo de oxígeno en las estaciones depuradoras.
Hoy día es raro que los lavaplatos comerciales contengan todavía fosfatos, aunque sí contienen tensioactivos que también son perjudiciales para el medio ambiente.
Por consiguiente, gastaremos estos productos con mucha economía, o mejor aún «estirarlos» rebajándolos con vinagre a partes ¡guales. Cuando compres un frasco de lavaplatos, echa la mitad del contenido del frasco nuevo en el viejo que quedó vacío, y luego añade vinagre en ambos hasta llenarlos por completo. En cuanto a las dosis, utiliza la misma cantidad de detergente rebajado como si no lo estuviera.
Los establecimientos especializados en productos ecológicos expenden lavaplatos a base de sosa o de jabón.
También podemos fabricarnos nuestro propio lavaplatos: 100 g de jabón blando de sosa, 100 mi de agua destilada y 50 mi de jabón líquido desinfectante (de calidad farmacéutica), todo ello agitado a fondo para mezclarlo bien y añadiendo el zumo de medio limón. Este lavaplatos puede conservarse hasta 8 a 10 semanas, pero sólo sirve con aguas cuya dureza sea de 1 o 2 grados (centigramos de óxido de calcio por litro de agua) como máximo.
Para lavar los platos a máquina, los establecimientos ecológicos también ofrecen productos relativamente menos perjudiciales, aunque como es natural no limpian tan bien, por ser menos agresivos.
Los abrillantadores para la fase de aclarado son absolutamente inútiles. Basta con abrir la compuerta de la máquina después del lavado y dejar que los enseres se sequen al aire. Si de todos modos queremos realizar un aclarado, puede utilizarse vinagre o zumo de limón.
Los enseres utilizados para batir nata, mayonesa o similares deben aclararse siempre con agua muy caliente en abundancia, ya que el más mínimo residuo de producto limpiador haría fracasar el intento de obtener la emulsión, y lo mismo las jarras para cerveza, si eres aficionado a bebería con una buena franja de espuma.
En general los vasos es mejor lavarlos a mano, ya que se enturbian fácilmente en la máquina.
Es aconsejable dejar secar al aire los enseres de cocina en vez de secarlos con una bayeta. Éstas se llenan rápidamente de
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