Para que la alfombra se mantenga impecable, sin alteraciones en el color y en la textura, es necesario dispensarle algunos cuidados especiales. La constancia en la limpieza, así como la utilización de productos no abrasivos, garantizan una larga vida útil.
Dobleces en las esquinas:
Poner la alfombra del lado del revés y, donde está el pliegue marcado, humedecer con una esponja empapada en agua y alcohol. Volver a colocar del lado visible y apoyar en el área que tiende a levantarse, una pila de libros o cualquier otro elemento que sirva para prensarla. «
Para conservar el color:
Cubrir la alfombra con una capa de sal gruesa ligeramente humedecida. Dejar actuar por unos minutos y retirar con la aspiradora.
Lavado de piezas pequeñas:
Las alfombrillas pueden limpiarse en la bañera con agua tibia y jabón. Frotarlas con un cepillo sin sumergirlas. Enjuagar dejando que el agua escurra, sin retorcer. Tender para que se seque.
Cuando hay quemaduras:
Esto se puede producir por la caída de cenizas de cigarrillo. Si la superficie presenta un aspecto "chamuscado", frotar ¡a zona dañada con una esponja empapada en agua oxigenada.
Marcas de muebles:
Para eliminar estas antiestéticas señales, colocar un cubito de hielo en el lugar hasta que se derrita por completo. Este truco hará que el pelo recupere su estado original. Una vez seco, pasar la aspiradora para terminar de "acomodarlo".
Aspecto descolorido:
Si se observa que los tonos han perdido intensidad, hervir dos o tres patatas. Empapar una esponja en el agua empleada y frotar la superficie.
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