Seguramente has probado muchos tipos de ambientadores y ninguno te acaba de convencer: unos huelen demasiado fuerte, otros no hacen apenas efecto y algunos se mezclan y el resultado es todavía peor...
Si te ha pasado, apuesta por los ambientadores naturales. Son una excelente alternativa que cuentan con infinidad de fragancias y que, además, puedes elaborar tú misma.
El arte de perfumar
Para conseguir un ambiente realmente agradable debes recordar no excederse en la combinación de esencias. Si mezclas muchas fragancias crearás un ambiente muy cargado y el efecto no será nada agradable.
¿Cómo es la estancia que se va a perfumar?
Cada habitación tiene unas exigencias distintas. En la cocina y en el comedor evita olores demasiado penetrantes para que no afecten al sabor de los alimentos; en el salón, prueba con fragancias florales.
¿Cuál es el más conveniente?
El incienso. Se obtiene a partir de la resina de un árbol y es una opción igual de eficaz e incluso más duradera que los ambientadores tradicionales. Se comercializa en forma de varillas o conos y su gama de aromas es cada vez más variada.
Precauciones: Para evitar accidentes, no coloques el incienso en superficies que puedan quemarse fácilmente como por ejemplo la madera, cerca de la ropa, alfombras o cortinas. Ponlos en un recipiente de cerámica, metal o vidrio, ya que además de ser seguro recoge las cenizas que deja. Para que no llegue a ser irritante, no lo enciendas durante muchas horas (sobre todo si huele mucho a humo). Recuerda también que hay algunos aromas que pueden provocar alergias por lo que es mejor prescindir del incienso si hay asmáticos cerca.
Velas perfumadas. Muchas de las que se comercializan están elaboradas con parafina, un material derivado del petróleo que desprende un desagradable humo cuando se apaga la llama de la vela. Pero para que esto no ocurra, elígelas hechas con elementos totalmente naturales como la cera de abejas o las ecológicas de soja.
Decorativas: Otra opción es usarlas como elemento decorativo. Obtendrás un bonito centro de mesa si combinas velas de distintos tamaños, colores y formas,con pequeñas piedras, flores y corteza de árboles. i Aceites esenciales. Solo debes emplear unas pocas gotas ya que su olor es realmente intenso. Para disfrutar de estas fragancias echa las gotitas en la parte superior de un quemador (mezcladas con agua) y enciende una pequeña vela en la parte inferior. Así el aceite se calienta y se reparte por todo el ambiente. Colócalo siempre en una superficie plana y lejos de corrientes de aire, cortinas o ropa.
Otras formas de usarlos: Con un difusor eléctrico el aceite se transforma rápidamente en un perfume que se repartirá de forma homogénea por la estancia. En forma de sticks o bastoncillos sumergidos en una fragancia son perfectos para habitaciones pequeñas, ya que el olor se difunde de forma sutil y evitan que el ambiente quede "cargado".
Flores secas. Su composición se basa en una mezcla o popurrí de pétalos de flores y hojas de plantas aromáticas secas, que además de aromatizar decoran. Dentro de saquitos de tela se emplean para perfumar armarios y cajones. Aroma más duradero: Añadiendo una cascara de limón o un fijador casero elaborado con polvo de raíz de lirio, benjuí, espiga de canela y aceites esenciales, conseguirás que se mantenga durante más tiempo.
Trucos caseros para que tu armario tenga olor a "recién lavado"
La ropa blanca: Desprenderá un perfume fresco y agradables si pones una mandarina agujereada con clavos de especia junto a estas prendas.
Tu vestuario: Si lo que quieres es que tu ropa se impregne con tu olor, introduce en el armariotrozos de papel secante mojados con unas gotas de tu perfume o colonia habitual.
Sábanas: Cuando guardes las sábanas limpias en el armario, coloca unas pastillas de jabón entre ellas y parecerán como recién lavadas.
Sin olor a humedad: Colocar una lata agujereada con trocitos de carbón vegetal dentro del armario permitirá absorber la humedad y el desagradable olor que produce.
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