Los limpiahornos están entre los productos más peligrosos, sobre todo si son en aerosol, y habría que usarlos protegiéndose la nariz con una máscara. Su poder fuertemente corrosivo, que es lo que les permite «funcionar», puede dañar severamente la piel, los pulmones y los ojos.
Los restos de los gases que contienen pueden ser absorbidos por los alimentos mientras se están cocinando.
Los hornos tendrían que limpiarse cada vez que se usan, ya que los residuos de los alimentos se carbonizan y producen gases tóxicos.
Si se procede a la limpieza en seguida después de haber cocinado, con el horno todavía tibio, será suficiente usar una esponja, jabón y piedra pómez. De la misma manera se limpiarán las hornillas, pasándoles después vinagre o zumo de limón para dar un toque de brillo.
0 comentarios:
Publicar un comentario